sábado, 23 de enero de 2010

Una ventana al corazón. Dedicado a mi hermana.

Señor:

Sólo un minuto para hacerte un pedido muy especial. Sé que tienes muchas cosas importantes que hacer y esto sólo te tomará un minuto.

"Quiero una ventana para mi corazón"

Sí, una ventana. Una ventana de cristal amplio y limpio. Jesús, como tú ves constantemente en los corazones de los hombres no entiendes para qué quiero yo una ventana. Te lo explicaré.
Quiero una ventana para que por ella se asomen y miren mi alma. Mirarán mi alma sin que medien las palabras y quien lo haga podrá saber inmediatamente y sin lugar a dudas lo que siente mi corazón.

Cuando mis hijos asomen sus ojos, inadvertidamente para mí, podrán ver el amor y la abnegación que siento por ellos. Ésta será la manera más directa e inequívoca en la que podrán sentir TU amor, porque el amor de una madre sólo puede ser comparado con el amor de Dios.

Los ojos de mi esposo podrán conocer mis verdaderos sentimientos. Así podrá saber lo que necesito, ya sea comprensión, aliento, pasión, protección, compañía o complicidad y todo al alcance de una mirada, porque todo aquél que sea capaz de mirar al corazón de una mujer será capaz de amarla con todo el amor de su corazón

Mis padres podrán ver y sentir la satisfacción del trabajo bien hecho. Cuando a veces piensen que algunas cosas fueron en vano, por esa ventanita podrán obsevar cómo sus enseñanzas crecen, echan raíces y dan frutos. Entonces por fin podrán sentirse orgullosos de mi.

Mis hermanos tendrán acceso ilimitado al corazón . Estaré disponible constantemente. Con solo mirar obtendrán amor, consuelo, fortaleza, hermandad y todos esos sentimientos tan sublimes y grandiosos que ellos me hacen sentir.

No hay comentarios:

Publicar un comentario