sábado, 23 de enero de 2010

Demasiado. A todo aquél que se siente demasiado para los demás.

¿Quién en la vida no ha sido el patito feo de alguna historia? Todos! Sí señor!, todos hemos sido ese personaje en algún momento de nuestra vida. Y se siente terrible, uf! Porque el problema es que somos nosotros quienes le damos poder a quienes nos hacen sentir patitos feos. Muchas veces no nos damos cuenta que el problema no es que seamos feos como para rechazarnos, no, al contrario, es que somos “demasiado” como para mostrarnos, para pararnos su lado. Y no digo demasiado en términos físicos por aquello de no estereotipar. Sencillamente somos demasiado y punto. Demasiado inteligentes, demasiado simpáticos, demasiado dulces o sencillamente demasiado gente. Y para muchos eso es demasiado para soportar. Porque para el mediocre tener a alguien “demasiado” al lado los hace sentir disminuidos cuando realmente es lo contrario. Dos “demasiados” es igual a demasiadísimo. Dos amigas o amigos “demasiado” juntos hacen un par divertidísimo para compartir. Una pareja de “demasiados” juntos hacen una pareja perfecta, que se complementa, que se admiran uno al otro. Porque cuando se está seguro de sí mismo nada te opaca, al contrario, tu “demasiado” se complementa con otro como un espejo con la luz, la realza, la proyecta, la aumenta. Pero la gente está equivocada y crecen pensando que tienen que marginar todo lo que ellos piensan limitan su demasía. Así pasan por la vida pensándose equivocadamente “demasiados” y privándose de la compañía de gente maravillosa con la que pudieron divertirse mucho, aprender mucho, quererse mucho,........crecer mucho.

Gente, porque para ser “demasiado” hay que saberse nada. Nadie que se piense a sí mismo “demasiado” lo es. Porque el que es de verdad “demasiado” no lo sabe. Porque la demasía te la da el otro, no tú mismo. La grandeza verdadera está en el espíritu y solo crece con la grandeza de los demás. Porque el más “demasiado” de todos les lavó los pies a sus amigos, limpió sus llagas, enjugó sus lágrimas y dio la vida por todos nosotros. E, irónicamente, lo que quiere es que todo el mundo se pare a su lado.

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