jueves, 29 de abril de 2010

El poder de las mujeres

Yo sabía que el poder de las mujeres era grande pero no sabía a qué magnitud. Resulta que no sólo ponemos a temblar a los hombres, ahora también hacemos temblar la tierra. Y no lo digo yo, lo dice uno de los grandes líderes religiosos de Irak, el Ayatolá Kazem Sedighi. Según declaraciones de este señor, la causa del incremento en terremotos en el mundo se debe a que las mujeres no nos vestimos adecuadamente provocando la lujuria en los hombres. Esto a su vez hace que hayan más relaciones sexuales “ilícitas” lo que redunda en temblores de tierra. ¡Y yo que pensaba que lo único que temblaba era la cama!

Imagínense a lo que hemos llegado. La suerte que tienen los hombres es que nosotras aún no nos damos cuenta de nuestro poderío. Si tuviéramos pleno conocimiento del mismo les aseguro que lo menos que haríamos sería malgastarlo en hacer temblar la tierra. Los primeros en temblar serían ellos.

Invariablemente esas declaraciones hacen volar mi imaginación. Si tuviéramos esos poderes mágicos ya hubiéramos hecho que los varones tuvieran menstruación. Imaginarlos con síndrome premenstrual y dolores por varios días es una venganza largamente soñada. Haría que todas las semanas tuvieran que depilarse con cera las piernas, el pecho, los brazos, las axilas y el bigote. Que se sacaran las cejas con pinzas y se pintaran el pelo con un peróxido que pique mucho en la cabeza y que vieran lo malo que es cuando después de tanto sacrificio nadie te dice lo lindos que están.

También tendríamos sueldos más altos y cargos de máximo poder en la mayoría de los países. Serían los varones musulmanes los que andarían con velo. Serían ellos los que tendrían que trabajar en la calle, llevar los nenes a la escuela, hacer las asignaciones con ellos, cocinar, limpiar la casa y estar seductores en la noche......todo en un período de 24 horas. Seríamos sacerdotes, reyes, presidentes de EU y Ayatolás. Nos sentaríamos para que nos sirvieran la cena y los hijos llevarían primero nuestro apellido. Las posibilidades son infinitas.

Hay una ley en metafísica que dice hay que tener cuidado con lo que se habla porque las palabras son tan poderosas como para generar grandes cambios. Obviamente este señor desconoce esta ley. De haberla sabido se hubiera quedado bien calladito no sea que las damas de su país se despierten y se levanten aún más el velo.

Si sus mujeres son capaces de hacer temblar la tierra solo con la lujuria que despiertan sus ojos, ¡¡¡qué caos desatarían si se atrevieran a enseñar algo más!!!

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