miércoles, 24 de febrero de 2010

Violencia en el trabajo o la frustración de Shamú

Señores, ¿¿hasta dónde llega la violencia en el trabajo?? Si ahora hasta a las ballenas les ha dado con matar a su jefe. La noticia de que Shamú, la ballena estrella de Sea World, mató a su trainer me dejó desconcertada. Pero más que la noticia en sí fue el detalle de que la “ballena asesina” lleva 30 años haciendo este trabajo. Contra, ¡con razón! Hacer un trabajo esclavizado por las circunstancias, como es el caso de las ballenas, es estresante, frustrante y enloquecedor.

Aunque, déjenme aclararles que de ninguna manera estoy justificando semejante barbaridad. Debemos recordar que estamos hablando de una ballena, ser vivo que se diferencia del humano precisamente porque no piensa. Pero no podemos negar que aunque sea una vez en la vida en algún momento a todos nos ha dado tanto coraje con nuestro jefe que también hemos tenido deseos de cogerlo por el cuello y ahogarlo en el inodoro. La diferencia entre las ballenas y los humanos es que nosotros nos controlamos y las ballenas no. Aunque claro, entre nosotros también se pasea gente con inteligencia de ballena......poco seso en cuerpo grande.

A lo que vamos, que si usted lleva 5, 10, 15 ó 30 años haciendo algo que no le gusta, no mate a su jefe, ni a su profesor, ni a nadie, mejor jubilese o cambie de trabajo. Porque la culpa no la tienen ellos, la tiene usted. Dese cuenta que el único que puede cambiar su destino es usted mismo no los demás. Es muy fácil echarle la culpa de su desgracia al jefe, a la maestra, a los padres o al gobierno. Sin embargo, nadie se echa la culpa a sí mismo de no aprovechar oportunidades que nunca regresarán o de ser un cobarde y no intentar alcanzar los sueños o sencillamente de no tener suficiente autoestima como para hacer el trabajo, por sencillo que sea, con dignidad y orgullo.

Resumiendo, las ballenas no fueron creadas, ni los humanos tampoco, para vivir en cautiverio haciendo monerías para lo demás a cambio de dos o tres platos de comida al día. Tanto ellas como nosotros deberíamos vivir de lo que nos gusta hacer. Trabajando un ratito, retozando otros, pero viviendo y dejando vivir. Recuerde, la diferencia entre una materia gris y otra no es de lo que está hecha la misma, sino del uso que se le dé.

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